jueves, 6 de septiembre de 2012

Análisis del comportamiento de ratones expuestos a radiación de teléfonos móviles


Las radiaciones electromagnéticas y todo el campo electromagnético de ondas no ionizantes (no dañinas) que se puede generar en una simple exposición temporal producidas por los televisores, antenas Wi-Fi (Internet inalámbrico), equipos portátiles, celulares etc., pueden convertirse en un enemigo silencioso teniendo en cuenta que  según estadísticas de Octubre de 2010 (DANE) en Colombia es mayor el porcentaje de hogares con acceso a teléfonos móviles con un 88.1% por encima de los que tienen acceso al servicio de agua con el 87.6%, lo que quiere decir que el uso de este aparato electrónico es mucho más indispensable que el uso del agua.

La telefonía móvil posee un rango de radiofrecuencias y microondas, el problema no solo recae sobre la intensidad de este campo electromagnético sino que también el tiempo de exposición a él debido al efecto de acumulación, con esto refiriéndose a la constancia de un efecto moderado pero que a largo plazo genera grandes problemas. Las telefonías móviles rigen bajo unos límites de intensidad de campos eléctricos con valores máximos de tasa de absorción especifica (SAR) que pretenden proteger a las personas del incremento de temperatura debido a la exposición, el SAR es una medida de energía de RF que es absorbida por los tejidos del cuerpo, esta se expresa en W/Kg [1]. Estudios revelan que estas exposiciones causan efectos biomoleculares como los siguientes, proliferación celular, interferencias con procesos inmunitarios, efectos en la capacidad reproductiva, efectos genotoxicos, efectos sobre el sistema nervioso y sistema circulatorio[2].

Estudios sobre los efectos de radiación de teléfonos móviles en las regiones del cerebro basado en escaneos cerebrales, muestra que la radiación emitida por un teléfono móvil durante una llamada hace que el tejido cerebral use el 7% más de energía, este estudio realizado por Dardo Tomasi del Brookhaven National Laboratory quien dijo “El efecto es pequeño, pero de todas formas contranatural. La naturaleza no preparó a nuestros cerebros para esto [3].

Las investigaciones realizadas con animales revelan puntos clave y posible relación completa con el efecto dañino de la radiación de teléfonos móviles sobre el ser humano.

Por ejemplo la mosca de vinagre fue expuesta a radiación de teléfonos móviles durante los primeros 2-5 días de vida adulta, su capacidad de reproducción decreció un 50-60%, afecto más a hembras que a machos. Este estudio revela que esta radiación afecta al desarrollo gonadal de los insectos. Elevación de los niveles de las proteínas de estrés. En larvas de la mosca de vinagre se observaron cambios en el desarrollo, un incremento del número de moscas adultas con anormalidades, con lo que concluyen que es posible que afecte las reacciones enzimáticas implicadas en funciones de reparación.

En los mosquitos Anopheles gambiae expuestos a campos magnéticos elevados (9-14 T) en periodos de desarrollo fetal, observaron alteraciones de la estructura cromosómica.

Con las abejas, realizaron un experimento donde fueron expuestas a la instalación de varias antenas de telefonía en la cercanía de sus colmenas, se observaron síntomas de estrés y el colapso de las colonias cuando las antenas comenzaron a  emitir. Otros autores revelan que las abejas expuestas a líneas de alta tensión generan un comportamiento de agitación e inquietud además de agresividad.

Otros animales como los escarabajos fueron irradiados con microondas de 4-5.95 GHz de frecuencia, el autor sugiere que los fotones de las microondas produjeron efectos acumulativos lo que causo que las escarabajos presentaran anomalías teratogenicas (agujeros en los élitros, en los protectores de sus alas).

Esta recopilación de investigaciones nos aportan grandes herramientas de enfoque y análisis, además del cuidado con el control de variables y su clasificación. Esto significa que para nuestro estudio con los ratones es muy importante tener en cuenta el periodo de exposición, pues entre mayor la frecuencia de exposición, mayor es el efecto sobre nuestro objeto de estudio quien aportara mejores resultados.

En nuestro caso, los animales de laboratorio son considerados biomodelos experimentales que tienen la cualidad necesaria para dar respuesta al cuestionamiento de cómo estudiar las enfermedades que afectan al hombre, a la especie que está estudiando, y a las demás especies productivas y domésticas, y las ratas y ratones están entre los que responden más uniformemente a esos requerimientos, son de fácil manejo y poseen las características zootécnicas adecuadas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario